El Pais - 14.05 -
México gasta el último cartucho. Las primeras bajas del Ejército en el combate al narcotráfico hacen temer un fracaso que dejaría al país a merced del crimen organizado.
Los recientes sucesos del 7 de mayo en la ciudad de Apatzingán, en el Estado mexicano de Michoacán, muestran el tenor de la guerra declarada por el Gobierno de Felipe Calderón al crimen organizado. Seis días antes, cinco militares, incluido un coronel, murieron acribillados en un ataque de un numeroso grupo de sicarios a una unidad del 12 Batallón de Infantería, en la localidad de Carácuaro, en territorio michoacano. En el pasado, los únicos grupos que se atrevieron a enfrentarse directamente al Ejército mexicano fueron las organizaciones guerrilleras. Hoy son los carteles de narcotraficantes quienes disponen de recursos y capacidad operativa para poner en jaque al Estado. La movilización de los soldados en la guerra contra el narcotráfico empezó el pasado 11 de diciembre con la Operación Conjunta Michoacán, a los pocos días de la investidura de Felipe Calderón. El nuevo presidente mexicano acudió a su Estado natal, y en el cuartel de Apatzingán dio su apoyo a la tropa vestido con gorra y casaca militares.
México gasta el último cartucho. Las primeras bajas del Ejército en el combate al narcotráfico hacen temer un fracaso que dejaría al país a merced del crimen organizado.
Los recientes sucesos del 7 de mayo en la ciudad de Apatzingán, en el Estado mexicano de Michoacán, muestran el tenor de la guerra declarada por el Gobierno de Felipe Calderón al crimen organizado. Seis días antes, cinco militares, incluido un coronel, murieron acribillados en un ataque de un numeroso grupo de sicarios a una unidad del 12 Batallón de Infantería, en la localidad de Carácuaro, en territorio michoacano. En el pasado, los únicos grupos que se atrevieron a enfrentarse directamente al Ejército mexicano fueron las organizaciones guerrilleras. Hoy son los carteles de narcotraficantes quienes disponen de recursos y capacidad operativa para poner en jaque al Estado. La movilización de los soldados en la guerra contra el narcotráfico empezó el pasado 11 de diciembre con la Operación Conjunta Michoacán, a los pocos días de la investidura de Felipe Calderón. El nuevo presidente mexicano acudió a su Estado natal, y en el cuartel de Apatzingán dio su apoyo a la tropa vestido con gorra y casaca militares.
Nenhum comentário:
Postar um comentário