O escritor Tomas Eloy Martinez o entrevistou - com gravador - em 1970 e conta em sua coluna de 20/01/07 passagens desta entrevista e as "relações" com Evita - sua concorrente e Isabelita - sua dócil companheira. Trechos.
Isabel, la mejor discípula
1. El sábado 28 de marzo de 1970, cuando llegaban a su fin mis cuatro días de conversaciones con Juan Domingo Perón, en los que el exiliado de 75 años me permitió grabar la historia de su vida, me atreví por fin a formularle la observación que había tenido todo el tiempo en la punta de la lengua: "¿Se da cuenta, general, de que Evita está ganándole la batalla de la historia?". Tal como lo esperaba, Perón se encrespó. En la grabación se lo oye golpear su escritorio de la quinta 17 de Octubre, situada en las afueras de Madrid. Las tazas de café tintinean, las cucharitas vuelan por el aire. El tiempo no ha borrado el disgusto de Perón, que está todavía allí, en las cintas.
2. El viejo general no podía pasar por alto el desafío: "Eva fue un producto mío", dijo con voz ronca. "Yo la preparé para que fuera lo que fue. En la mujer hay que despertar las dos fuerzas extraordinarias que son la base de su intuición: la sensibilidad y la imaginación. Cuando esos atributos se desarrollan, la mujer se convierte en un instrumento maravilloso de la voluntad del hombre. Claro, es preciso darle también un poquito de conocimiento. De otro modo, no sirve ni para los menesteres".
3. Isabelita pasava. "Vea, general: esta sí que es una mujer hecha y derecha. De acero para obedecer sus órdenes y llena de ternura cuando se le tocan los sentimientos". Era una alusión clarísima al carácter intransigente de Evita, a la cual Perón acababa de llamar "fanática y sectaria, incapaz de transar con lo que no es peronista".
4. "He tenido muchos discípulos en la vida", respondió. "Ninguno ha llegado tan lejos como Isabel (ao lado foto atual) en el aprendizaje de la conducción. En cada tarea que le he encomendado ha hecho las cosas muy bien. Tiene inteligencia e instinto, y a mi lado ha ido adquiriendo una habilidad para mandar mejor que la de los políticos profesionales".
Complemento deste Blog: Perón morava em um casarão em Madrid. No sótão estava o corpo de Evita esperando a volta para ser definitivamente sepultado em Buenos Aires. “El brujo” Lopez Rega (depois ministro de Isabelita que criou um grupo de terror que assassinava opositores e que morreu na prisão em Buenos Aires em 1984) e Isabelita tinham sessões quase diárias junto ao corpo de Evita. Isabelita penteava seus cabelos sob a regência "del brujo" de forma a atrair o magnetismo de Evita para si. Gabriel Garcia Marques não ficcionaria tão longe.
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